
Parral Sapiens
Ricardo Urquidi
“No sé cómo será la tercera guerra mundial, pero sí sé que la cuarta va a ser a pedradas”: Albert Einstein
Después de que concluye la segunda guerra mundial, después de los horrores del holocausto, para darle un sentido como nación al pueblo de Israel, la Organización de las Naciones Unidas, recién creada meses antes de que concluyera el conflicto bélico, se designan parte de los territorios palestinos teniendo como epicentro Jerusalén, para que nazca el estado israelí.
En ese preciso instante, en 1948 historiadores señalan que comenzó la tercera guerra mundial…
Ya son más de 70 años de conflictos religiosos, étnicos, territoriales entre los palestinos y los israelís, décadas donde se ha acentuado el odio milenario, en todo este trayecto el pueblo judío se ha ido apoderando de territorio palestino que de acuerdo a la resolución de la ONU no le pertenece, varias guerras, todas ganadas por Israel, han provocado que el pueblo palestino este cercado, dependa del estado israelí, por su parte los grupos radicales palestinos han creado organizaciones que el mundo occidental ha denominado terroristas y el pueblo árabe que apoya a los palestinos, ejércitos de resistencia, según el enfoque que se vea.
La historia nos demuestra que, a cada ataque palestino, la respuesta de Israel ha sido contundente, como ocurre en estos momentos, donde se pretende arrasar con toda oposición en la franja de Gaza, así se cometan crímenes de guerra, de lesa humanidad.
Hoy con el mundo global en que vivimos, bajo los ojos del mundo, en una época en que los políticos se han encargado de debilitar a las instituciones, como la ONU, en los tiempos que nos acontecen en donde gracias a las redes sociales, la manipulación de la realidad cada vez es más difícil, el concepto geo político que nace con la Guerra Fría después de la II Guerra Mundial, donde el occidente y la democracia son los buenos y el comunismo representado por Rusia y China son los malos, se derrumba… ignorando para bien de la humanidad que el Muro de Berlín, símbolo inequívoco de esa guerra fría, ya cayo en 1989, y lo derribaron la sociedad civil, esos ciudadanos divididos por decisiones políticas.
Estados Unidos donde se asienta el poder económico del sionismo mundial, que ha sido el país más violento en invadir naciones que atenten contra su ideología, Corea del Norte, Vietnam, Irán, Afganistán, por citar varios ejemplos nos da muestra de ello, de inmediato al recrudecerse la situación en la franja de Gaza, salió públicamente a defender a su socio, por no decir jefe económico: Israel.
Irán, pilar del mundo árabe, sale a defender al pueblo palestino, ante la brutalidad del ejército israelí, los principales productores de gas de medio Oriente, incluyendo países socios comerciales de occidente, amenazan con cortar el suministro de gas a occidente, adicto al petróleo y a las drogas, si Israel no detiene su barbarie.
En medio de la disputa de los lideres, está el mundo, que ve con preocupación como juegan con el globo terráqueo como si los soldaditos de plomo en un mapa mundial les pertenecieran, de inmediato reaccionan y reclaman la doble moral de las potencias mundiales que sancionan a sus enemigos cuando invaden y apoyan a sus socios cuando hacen lo mismo.
“Ojo por ojo y el mundo quedara ciego”: Gandhi
Manifestaciones en todo el mundo, en este caso apoyando a Palestina y manifestándose en contra del genocidio que está ocurriendo, la imagen mundial de Israel luego de ser un pueblo perseguido por Hitler para exterminarlo, se cae a pedazos, cuando su ala radical no quiere la convivencia con el pueblo palestino, al igual que el mundo árabe está en contra de discutir cualquier termino de paz, los Jeques con su fortaleza económica por sus reservas petroleras, les da ese poder para amenazar y comenzar una conflagración bélica, de alcances nucleares.
Mientras tanto en la Franja de Gaza, en Jerusalén, ciudadanos de ambas nacionalidades que han perdido seres queridos, en actos fraternales, se abrazan, piden, suplican a sus lideres políticos que cesen los enfrentamientos, que se acabe el derramamiento de sangre entre los medio hermanos bíblicos, pero no, hay que probar la última arma militar, hay que imponer el estilo de vida occidental, lleno de democracia y libertad sobre el oriental, lleno de fanatismo, pero muy rico en petróleo, las bajas humanas son daños colaterales que el nacionalismo, el extremismo puede soportar.
Esa es la gran tragedia del pueblo palestino, pobre y sin recursos que explotar, que tiene de vecino al pueblo más rico del mundo.
