La soledad de la victoria

Después de que se terminó el podio, Checo Pérez se quedó ahí, solo, conmovido hasta el máximo, recordando todo lo que sufrió para conseguir su primera victoria.

Se salió de su casa a los 14 años en busca de su sueño, y siendo un niño emigró a Europa, a Alemania, sin conocer el idioma ni nada.

Todos los sacrificios que hizo, todos esos días en los que se sintió triste y solo, en los que extrañó a su familia, hoy, por fin, han valido la pena.

Esta foto más que ser la de un triunfador de la F1, es la de un ser humano satisfecho, roto, ensimismado después de haber logrado tanto, con esfuerzo y sacrificio.

Es la imagen de un ser humano triunfador de verdad, que solo tuvo en sus manos el ser o no ser, y después de tanto esfuerzo por fin pudo serlo…

Que bonito es darlo todo, y no estar en manos de nadie para ser reconocido.

Que chingón ser y estar, por encima del por qué y para qué…

Que bonito es ver esta imagen de un ser humano solo, llegando a un acuerdo con sus demonios después de tantas guerras y sacrificios…

Este triunfo podrán decir hoy muchos que “triunfó México” pero no este triunfo es de él, y de nadie más.

Hoy triunfó Sergio Pérez y no más.

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